Karamba, un sitio salero en Bogotá

Roberto Cossio es un chocoano de Quibdó que transmite alegría a través de su pasión por la salsa, género al que está dedicado su bar: Karamba, Salsa con Estilo.
Riguroso en su trabajo es, además de dueño, contador, DJ, barman y administrador de su negocio, que abrió hace cuatro meses en la carrera 5a. con calle 17, en Bogotá. El bar estaba antes en Terraza Pasteur, un centro comercial en el centro de Bogotá, con otro nombre, Ilusiones, y allí ponía música crossover.
Terraza siempre fue un centro comercial dedicado a la rumba, en la mayoría de sus locales, aunque había otros negocios.
Pero para cumplir la ley de propiedad horizontal, la Alcaldía inició un proceso con cada uno de los 48 bares con el fin de que cambiaran su forma de negocio: “Querían que vendiéramos zapatos o ropa, pero no trago”, cuenta Cossio.
Decidió cerrar su bar y vender las sillas para bar y mesas para bar de las cuales disponia y durante seis años, Cossio, que es pensionado de la Policía, se dedicó al rebusque: “Vendí hamburguesas y perros calientes. Fue duro y difícil”, afirma.
Hace año y medio montó una pescadería en el mismo sector donde ahora tiene el bar, pero tuvo que cerrarla cuando peatonalizaron la carrera séptima: “Me vine a pique. No me daba ni para pagar un empleado”, dijo.
Entonces, decidió que era hora de regresar a la música y empezó a buscar locales. Sacó los equipos de sonido que conservaba de sus días de Ilusiones y nació Karamba.
Las carátulas de los discos de los ídolos de la salsa están pegadas en las paredes. También hay pinturas y afiches de íconos como Celia Cruz, Richie Ray y Pete el Conde Rodríguez.
Y quiere convencer a su mesero, Alberto, nacido en el Urabá y artista egresado de la Fundación Universitaria Bellas Artes de Medellín, para que le pinte cuadros de otros grandes de la salsa, porque no ha podido conseguir afiches como los que tenía en el otro bar.
Cossio también habla de su colección de salsa y no ahorra elogios para ella.
Afirma que está compuesta de unas 5.400 canciones: “Puedo pasar una semana sin repetir un tema. Durante 12 años –tiempo que duró Ilusiones– me la pasé comprando música y eso es mucho tiempo”, cuenta el melómano, entusiasmado.
La mayoría de la música ya está digitalizada. Los discos, que son su tesoro, están guardados en su casa.
Cossio es separado y padre de tres hijos y por estos días anda contándoles a los que visitaban Ilusiones que volvió al mundo de la rumba.
Por eso, una cuadra antes de llegar a Karamba, se oye la salsa a todo volumen. En su sitio se pone todo tipo de salsa, pero Cossio afirma que a sus clientes les gusta más la clásica y él no los defrauda.
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