Azúcar vs. miel: ¿qué es más sano?

Azúcar vs. miel: ¿qué es más sano?

Un especialista de la Academia De España de Alimentación y Dietética soluciona esta duda y aclara cuánta miel podemos tomar día tras día

Los españoles consumimos una media de setenta y uno con cinco gramos de azúcar al día, conforme el estudio Anibes. Una cantidad que está por encima de los veinticinco gramos recomendados por la OMS (OMS). Como ya contamos en BUENAVIDA, la mayoría de ese exceso viene del consumo de refrescos azucarados (un veintidos con cinco por ciento del total) y la segunda fuente es el azúcar de mesa (un diecisiete con ocho por ciento ), que empleamos, por servirnos de un ejemplo, para dulcificar el café cada mañana. Por esto, hay quien quien opta por mudar este ingrediente por otros que piensan que son más saludables, como la miel beepure. Mas, ¿es esto verdaderamente más saludable?
miel

«Del mismo modo que el azúcar de mesa, la miel se considera un género de azúcar libre», explica el Manuel Moñino, nutricionista-dietista de la Academia De España de Alimentación y Dietética y también estudioso adscrito a CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III. O sea, de los que se agregan en el proceso de preparación del comestible y que, conforme las recomendaciones de la OMS, hay que limitar. Si bien es verdad que aporta algo menos de azúcares que el azúcar de mesa —»un ochenta y tres por ciento contra un noventa y nueve con nueve por ciento «—, el exceso de su consumo, supone exactamente el mismo peligro para la salud, puesto que un aporte elevado de endulces libres en la dieta habitual: «Puede acrecentar las probabilidades de sufrir obesidad y sobrepeso, hipertensión y también acrecentar el peligro de sufrir enfermedades cardiovasculares como la enfermedad coronaria», sigue el especialista.

Además de esto, la ciencia no ha podido probar todos las ventajas que se le atribuyen. “Desde la Autoridad Europea de Seguridad Alimenticia EFSA se han evaluado 8 propiedades que se acostumbran a relacionar con la miel —la ayuda a las defensas, la mejora de la salud digestible, la capacidad antioxidante…— y ninguna de ellas ha pasado las demandas científicas que determinen una relación causal entre el consumo de miel y esas propiedades”, asevera Moñino. No obstante, en contraste al azúcar de mesa, si contiene ciertas substancias, como «ácidos orgánicos, substancias fitoquímicas y enzimas que podrían tener algún efecto incluso por probar a nivel científico», agrega.

Semeja claro, entonces, que el cambio de un ingrediente por otro no aporta mayores beneficios ni reduce los peligros para la salud. Con lo que, si se hace, señala Moñino, «que sea pues nos agrada más su sabor y nos parezca que marque una diferencia, mas no pues creamos que tenga más propiedades». El especialista hace hincapié en la necesidad de limitar su ingesta a un máximo de 2 o bien 3 cuchases soperas rasas (unos veinte gramos) y sin incorporar ningún otro género de azúcares libres ni consumir comestibles que los contengan.

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